
En los supermercados, los huevos están a mas de $5 por docena. Porque escasean, son más valiosos. Pero en la Selección de Puerto Rico Sub 17 sobran. Si no se enteró, Puerto Rico eliminó a Costa Rica 1-1 (4-2 en penales) en un rocambolesco partido en la capital de Guatemala el domingo en eliminatoria para el Mundial Sub 17 de Peru 2023. Resultado histórico, pues Puerto Rico no había ganado antes en estos torneos en tres actuaciones previas. Ahora, si supera a Canadá el miércoles (6 PM), Puerto Rico clasificará por primera vez a un Mundial.
El fútbol no es de merecimientos, sino de quién consigue los resultados. Costa Rica tuvo varias oportunidades, estampó un par de disparos en los maderos. Pero fue un tiro libre bien cobrado y cabeceado por Samuel Byron al minuto 67 que dio la sorpresiva ventaja a Puerto Rico. Una jugada de pizarrón y gol de Byron, movedizo delantero inscrito en las filas del Nashville FC de la MLS.
Este resultado es importante, más allá de las controversias y temas sobre cuál debe ser la receta y el mix en selecciones de jugadores de la Isla y los que provienen ‘de afuera’, y políticas sobre cómo son convocados o seleccionados los jugadores.
Cinco puntos:
1. El partido fue una montaña rusa de emociones. Puerto Rico tomó la ventaja; y les empataron en el minuto 90 en una jugada extraña. Y tras eso, otorgaron un penal en tiempo extra. Pero los boricuas repitieron algo que mostraron en clasificar primeros en Bradenton en 2022: actitud y personalidad. En ese certamen también consiguieron los resultados necesarios con tres victorias y un empate final ante Aruba, clasificando al premundial en Guatemala.
2. La figura fue el arquero. Sebastian Cuevas atajó penales, disparos y mantuvo la calma. Aparte de despejar un par de balones hacia el centro (al minuto 27) Cuevas se asentó durante el transcurso. El informe oficial la Concacaf otorga el gol tico a Akheem Wilson, pero fue autogol provocado por una situación de apremio defensivo. Una carambola en un despeje desesperado del capitán Eitán Solomiany, un balón que pegó en el hombro derecho a Gabriel Rosario y rebotó, superando al arquero Cuevas.
En tiempo extra, tras una falta de Edgardo Vázquez, el arbitro decretó un penal a los 115. Pudo haber sido una sentencia definitiva, un «competimos con gallardía pero perdimos otra vez». Pero Cuevas tapó el penal cobrado por Oscar Segura. No estuvo mal cobrado, pero Cuevas, un portero compacto pero ágil y que transmite seguridad, se tiró a su derecha y atajó el penal. Tras la caída, se levantaron, se repusieron del penal. Tas 120 minutos, dos atajadas más del portero Cuevas, le dieron el margen en penales de los boricuas. (¡Y qué manera de cobrar un penal de Adrián Prado!)
3. Difícil decirle a jugadores de secundaria (high school) cómo manejar partidos, pero mientras avanzaba el cansancio, los boricuas insistían en resolver situaciones de juego de manera individual, con una gambeta o un pase largo desde lejos cuando había una opción más cercana o fácil. El fútbol, bien jugado es simple. Mejor no complicarse.
4. For the record: El resultado oficial de un partido que acaba en definición por penales es un empate. Fue 1-1, y 4-2 en penales, pero nadie puede quitar el mérito y sabor dulce de esta hazaña. Acuartelados en el hotel Biltmore de la capital chapina, la selección boricua considera que la meta es llegar al mundial en Perú. Eliminar a Costa Rica es parte del camino.
4. El ambiente suma. El entusiasmo de los muchachos se vio desde el himno, y los padres han acompañado y viajado con el equipo. Todo eso suma. El último suplente, Antonio Delgado, marcó el penal decisivo. Eso indica a todos en la banca deben estar preparados para la responsabilidad si son llamados. «Los jugadores estaban eufóricos», señaló David Solomiany, el padre del capitán.
5. Estos jugadores nacieron entre 2007-09, que fue la época de oro de los Islanders, club puertorriqueño que hizo huella en el futbol regional y continental. Esa epopeya no se pudo mantener por un sinfín de razones, pero son recuerdos que los padres de estos jóvenes pueden rememorar. Y sobre los cuales la actual generación puede construir.