La Federación Puertorriqueña de Fútbol (FPF) continúa con su estrategia de internacionalizar el fútbol de Puerto Rico con miras a que dicha internacionalización le brinde dividendos. Excepto, que la estrategia es la misma fallida del pasado y no va redundar en un crecimiento del deporte en Puerto Rico.
Vamos por lo positivo primero. La FPF ha realizado una estrategia de redes que ha ayudado a promover su liga de Primera División. Dicha estrategia ha logrado sellar alianzas importantes con Gillette y con MoluscoTV; la segunda siendo una alianza de proveer contenido para su segundo canal mientras que en el principal presentan entrevistas dirigidas a mercadear los partidos con la audiencia.
Hasta aquí todo bien; le añades el brinco en calidad que han realizado el equipo de producción de los partidos y tienes un producto que llama la atención a nivel de mercadeo y con las audiencias. Hay que enfocar como punto el cambio en los relatores de un extranjero a un equipo totalmente de puertorriqueños que conocen el mercado local. Los relatos de Leonel Rey hijo, quien viene con un trasfondo de entrenador, son un aire fresco en comparación con lo anterior.
Sin embargo, esto contrasta con la estrategia macro de la FPF de querer internacionalizar el fútbol de Puerto Rico. La federación viene enfocada por años en querer que nuestro fútbol se asimile al fútbol sudamericano y el europeo en todos los niveles. Los dos mejores ejemplos son el amistoso ante Argentina y el anuncio de que la Super Copa de la LPR irá por BeIn Sports.
Suena lindo y mágico el pensar que nuestros jugadores puertorriqueños van a compartir campo con Messi y su banda. De hecho, todo el marketing se ha dirigido hacia ello, poniendo a Lionel Messi como enfoque del partido, a Julian Álvarez, Leandro Antonetti y Jeremy de León como secundarios. Vamos, entiendo que Messi es Messi y que el productor del evento no es la FPF. De hecho, según la información que trabajamos la producción del evento estaría perdiendo dinero en este amistoso.
Ni siquiera Messi ha sido lo suficiente para atraer público en Chicago; y bajando el precio de las taquillas para que el evento genere ganancias tendrían que sobrepasar los 35,000 espectadores y si van entre 15,000 a 20,000 es mucho.
Puerto Rico estará asociado a un partido que perderá dinero lo que hará que otros productores piensen dos veces antes de contratar con la FPF. Y vamos, no es culpa de la FPF que esto esté pasando pero la FPF debió haber analizado la situación y haber dicho que no al amistoso. ¿Cuál es el valor deportivo que tiene? En cuanto al mercadeo, poco importa entre los medios locales el amistoso, ni siquiera trayendo a Daddy Yankee como padrino de la Selección ha servido para que haya interés masivo como lo hay con el amistoso entre el Orlando Magic y el Miami Heat que se llevará a cabo a la vez en el Choliseo.
Ya Puerto Rico pasó por la experiencia de jugar contra una campeona del Mundo. España vino, cobró y poco o nada se logró en cuanto a masificar el deporte en Puerto Rico.
Es lo mismo con la decisión de poner la Súper Copa en BeIn Sports. Si bien es cierto que es una cadena internacional, y sabrán ellos cuánto está costando el tiempo en la cadena, BeIn Sports no tiene un alcance masivo en Puerto Rico. Son bien pocos los suscriptores de Liberty que tienen acceso y desde que BeIn Sports perdió los derechos de la Liga EA Sports en Estados Unidos y Puerto Rico es muy poca la demanda que tiene en el mercado de la Isla.
Eso solo demuestra que el enfoque de la FPF no es el mercado de Puerto Rico, sino que desean incrementar la visibilidad del fútbol de Puerto Rico a nivel internacional. Santo y bueno, pero es una estrategia poco pensada que no va ayudar a masificar el fútbol en la Isla. Con estas movidas, la federación local demuestra que su monopolio del deporte no es para que haya fútbol para todos y en todas partes, sino que el fútbol es para pocos y no para el puertorriqueño.
Pueden tener el apoyo de todos los artistas urbanos, tratar de emular y copiar al Baloncesto Superior Nacional, pero al fin del día no van a recibir el apoyo masivo que recibe el BSN. El problema es que la FPF no tiene una identidad ni una conciencia puertorriqueña. Quiere ser Argentina, Bolivia, Chile o Colombia. Desde que esta administración tomó el poder en el 2019, su enfoque ha sido en romper con el pasado de la FPF y a la vez ha querido imponer una identidad extranjera.
La identidad de Puerto Rico es una caribeña. Culturalmente somos hispano caribeños. Sociológicamente somos un híbrido entre el legado español y la influencia estadounidense; les guste o no a algunos somo ciudadanos estadounidenses con experiencias marcadas y distintas para con la diáspora y el resto de los conciudadanos en el continente.
Cuando han tomado pasos para afirmar esas realidades y respetar el legado, la identidad y la cultura deportiva local han visto éxito. Cuando quieren ser extranjeros, han visto el fracaso.